es la base de la construcción de la motivación presente o actual en la persona,
con el fin de desarrollar todas sus potencias hasta donde sea posible. Rogers
piensa que todas las personas intentan dar lo mejor de sí mismas, lo mejor de su
existencia, y que si fallan no es con intención o con el deseo de hacerlo. Carl
Dice que el hombre se adapta con facilidad a lo que se le va presentando en la
vida, y que lo hace de forma natural, siempre y cuando viva de acuerdo a su
naturaleza.
Explica que la humanidad se ha desarrollado, es decir, que ha actualizado sus
potencias a través de crear una sociedad y una cultura, pues con éstas existe un
orden en donde cada persona puede actualizar constantemente sus
potencialidades. El hombre es social por naturaleza, pero cuando desarrolló la
cultura, desarrolló una vida propia.
También explica Rogers que los organismos saben por naturaleza lo que es el
bien. La evolución ha provisto a la persona de los sentidos, y además, de ser
capaz de discriminar lo que necesita o requiere. Por ejemplo cuando el hombre
tiene hambre, encuentra comida, pero no cualquier comida, sino una que le sea
grata, que le guste, no que se encuentre en estado de descomposición o que sea
poco saludable. A lo que la evolución ha hecho de la persona, Rogers lo llama
valoración del organismo.
Entre las muchas cosas que la persona, por instinto, valora está el respeto o la
atención positiva: como el amor, el afecto, etc., pues es claro que un bebé sin
esto, puede llegar hasta morir.
Por otro lado se encuentra el respeto positivo hacia uno mismo, es decir que es
la autoestima, el reconocer el valor propio o saber que se tiene una autoimagen
La sociedad ha permitido que se condicionen los asuntos de valor, es
decir que mientras el individuo crece, los padres, familiares, maestros, medios de
comunicación, etc., se encargan de condicionar lo que dan a la persona. Por
ejemplo, se da un dulce o un premio cuando se termina una tarea; se le
proporciona afecto a la persona, siempre y cuando se comporte correctamente o
como lo esperan los mayores.
Por otra parte dice que cada persona tiene un ser real y un ser ideal:
- Ser real: es el que surge o se funda en la tendencia actualizada, que sigue a la valoración del organismo y que necesita y es capaz de recibir el respeto o la
llega a convertirse en él.
- Ser ideal: es lo que no es real, lo que se podría esperar que la persona llegara a ser, pero que no logra por las trabas que la sociedad condiciona; por forzar a la persona a vivir con condiciones impuestas.
Por lo tanto, la distancia que existe entre el ser real y el ideal desemboca en la
incongruencia, pues una cosa es "lo que soy" y otra muy distinta "lo que debería
ser". A mayor distancia o separación de esto, mayor incongruencia; a mayor
incongruencia, mayor sufrimiento. Para Rogers, la incongruencia es la neurosis,
estar fuera de sintonía con el propio yo.
Otro concepto de Rogers son los mecanismos de defensa, en donde en una
situación de incongruencia entre la propia imagen y la experiencia inmediata de la
persona se le presenta una situación amenazadora. Por ejemplo, si a una
persona se le ha enseñado a sentirse poco valorada cuando no obtiene 10 o la
mejor calificación posible, y como consecuencia no se siente un buen estudiante,
entonces cuando se enfrenta a un examen, dicha incongruencia aflora y se
convierte en amenazadora.
Para Rogers, existen dos mecanismos de defensa, mismos que se consideran en
el nivel perceptual, es decir que surgen de la senso-percepción, que no son
analizados por la mente humana en realidad:
1. Negativa: negación, denegar, que es bloquear la situación amenazadora.
2. Distorsión perceptual: es reinterpretar la situación para que la persona se
convenza a sí misma de que no es tan amenazadora como parece.
Rogers concluye que para los neuróticos, en pocas palabras para la mayoría de la
gente, cada vez que la persona utiliza un mecanismo de defensa, pone mayor
distancia entre su real y su ideal y por lo tanto, se vuelve más incongruente, y
provoca enfrentarse cada vez más a situaciones amenazadoras, ser más ansiosa
y utilizar más los mecanismos; así pues, se vuelve un círculo vicioso del que la
persona probablemente sea incapaz de salir por su propia mano.
Todo lo anterior lleva a Rogers a describir también a la persona sana, a la que
llama alta o totalmente funcional. Dicha persona presenta las siguientes
características:
- Abierta a la experiencia: es lo opuesto a estar a la defensiva. Es la
- El vivir existencial: es el vivir el aquí y ahora. Insiste en estar en contacto
llega. El presente es lo único real que la persona tiene.
- Confianza orgánica: la persona debe permitirse ser guiada por el proceso de
dicten, en lo que sus sentimientos le guíen de forma natural.
irrelevante si la persona tenía deseos de ser libre, pues como la persona se
maneja a través de sus sentimientos, no había mayor trascendencia en
libertad.
- Creatividad: si la persona se siente libre y responsable, actúa en concordancia y participa de lo que el mundo le ofrece. Una persona altamente funcional, en contacto con su aquí y ahora.
Terapia.
Originalmente la terapia de carl rogers se llamó no dirigida, por que pensaba que el terapeuta
no debía guiar a su cliente, sino que simplemente, estar presente mientras el
paciente dirigía su propio progreso terapéutico. Con el paso de los años y de la
experiencia, se da cuenta que a pesar de no participar directamente en la
curación, influía en las decisiones del paciente; en otras palabras, el paciente
busca al terapeuta como guía de su cura y se encuentra a dicho terapeuta ahí,
para cuando se le necesita, y eso ya influye.
Por tal motivo, Rogers cambió el nombre de su terapia a Terapia Centrada en el
Cliente (psicología personalista). Pensaba que el paciente era el que tenía que
decidir qué es lo que estaba mal, encontrar formas de mejorarlo y determinar la
Conclusión o el fin de la terapia.